Lo primero que tengo que recomendaros antes de leer este caso es que, si no lo habéis hecho ya, visitéis La Tasquita de Enfrente, un referente gastronómico de Madrid basado en una materia prima de excelente calidad cocinada con recetas sencillas, no más de tres ingredientes, que potencian los sabores auténticos.
Y, después de esta pequeña pausa para la publicidad, vamos con el caso. Mi amigo Juanjo López Bedmar, dueño y alma de La Tasquita de Enfrente, me pidió que le acompañara en el Taller Magistral que iba a impartir en el prestigioso certamen Madrid Fusión, en el que chefs de 17 países debatirían sobre el compromiso de la alta cocina con su entorno, la responsabilidad civil corporativa, la sostenibilidad y el reciclaje.
Ya sabía que el partido lo tenía perdido de antemano porque es imposible rivalizar sensorialmente con sus creaciones, pero la perspectiva de poder sintentizar con imágenes un proceso tan preciso y tan delicado como el que sigue el chef en la elaboración de sus platos me pareció súper interesante.
Además el concepto de la sesión era un reto en si mismo, ya que se trataba de maridar ¡carne con sake! Una vez más, mi trabajo me trae regalos maravillosos como aprender del conocimiento y la convicción con la que Luismi Garayar habla de cómo se debe trabajar con la carne de vacuno y de la gran diferencia que puede haber entre sakes y su sutil delicadeza exquisitamente explicada por el experto Pablo Alomar.
Y lo fue. Es increíble cómo partiendo de productos tan básicos se puede llegar a obtener sabores tan sofisticados si se utilizan los elementos y las técnicas correctas. A veces pocos ingredientes bien elegidos multiplican el resultado, creedme. O mejor, comprobadlo por vosotros mismos visitando a Juanjo en La Tasquita de Enfrente.